jueves, 19 de abril de 2012

La Casa (por Horacio Baliero)

Desde las casas refugio solitarias en el campo hasta las agrupadas en las ciudades, creadas para permitir interrelacionadas actividades sociales, la casa ha seguido los cambios culturales de las sociedades.
También cargan la rémora de expresar formalmente, hoy, situaciones que ya no existen.
Históricamente, las casas se hicieron de acuerdo a la experiencia social acumulada.
Esa experiencia aconsejaba cómo enfrentar el calor o el frío, cómo evitar o aprovechar los vientos, cómo tratar las lluvias, la sequedad o la nieve, cómo recibir la mayor cantidad de luz o cómo regularla.
Las dificultades o la inexistencia del intercambio plasmaron formas características.
Así, si se piensa en un igloo, o en una casa de una isla griega, en otra alpina o en una casa árabe, como también en una holandesa con esa vocación que tienen por la luz, o en las distintas casas africanas o las de Oceanía, se hace esto evidente.
En general el desarrollo tecnológico estaba circunscripto a los recursos locales y esto conlleva a cierto tipo de formas.
Una casa de los indios Pueblo de Estados Unidos tiene techos planos y otra en el Tibet los tiene inclinados porque debe encarar la nieve. En verdad, en Suiza o en Finlandia también cae nieve, pero tienen una tecnología que les permite prescindir de los techos en pendiente.
Esta tecnología se expandió por el intercambio, que es un dato de la realidad actual.
No todas las sociedades que usan autos, máquinas electrónicas, perfiles de acero o cristales, los producen, pero tampoco quedan circunscriptos a sus productos naturales.
Esto ocurría, en general, en sociedades pequeñas porque la gran escala es un dato de la modernidad.
Si algún gobierno populista y nacionalista decidiera resolver nuestro problema de vivienda con adobe y quebracho, es posible que nos quedáramos sin los pocos quebrachos que no talaron y sin gran parte de la tierra de la pampa húmeda.
Creo que apelar a estas posibilidades tecnológicas significa no estar informado.
Mirando un libro de casas de Rietveld, me llamó la atención de esas casas que, por su distribución, por sus grandes superficies vidriadas y por sus formas,  fueran todas ellas tan holandesas. Esas mismas casas trasladadas a Buenos Aires serían unos invernáculos.
Hay también factores culturales que influyen en la casa. Uno de ellos es su relación con la naturaleza.
Antiguamente, se residía rodeado por una naturaleza hostil y cargada de peligros: rayos, fríos, calores, tormentas y fieras. Por eso en muchos pueblos se hacían ofrendas para ser bien tratados por ella.
Pero en ciertas partes del mundo esa naturaleza fue domesticándose y, poco a poco, comenzó a ser vista estéticamente. No en vano en la pintura aparece el paisaje y, en el romanticismo, hasta en sus formas más dramáticas.
En la arquitectura, los parques ingleses con sus casas son una muestra de ello.
Esto trae aparejado un cambio formal interior y exterior de la casa. Las aberturas ya no sólo están en función de la luz o el aire, sino también de las vistas hacia el exterior. Un exterior que es indiferenciado pero, a través de techos, pisos, vigas sobre pilares y muros bajos, que eliminan la visión de lo inmediato, enmarcan vistas y crean el paisaje.
En ese sentido se expresan la Ville Savoye, la Casa Farnsworth o la Casa del Arroyo de Amancio Williams. Sin embargo, todas ellas no dejan de manifestar una visión contemplativa de la naturaleza. Son casas para gente muy refinada que goza de esa visión o para gente a la que se le exige ese goce.
Mucho más modernas son para mí las casas de Richard Neutra, en las cuales es posible una interacción mayor entre la gente y el medio natural. En ellas puede uno imaginar a la dueña en jeans, con una canasta con bulbos y una pala, descorriendo esos "muros de nada", para diseñar su entorno natural.
Creo, además de todo esto, que debe haber una organización de la casa. Así, creo que se entra por una puerta a un Hall, que en él debe estar el Toilette que es privado, no clandestino, y él se debe conectar con el servicio, el cual -a su vez- debe conectarse con el Comedor. Creo que el Hall se debe conectar también con la parte social y la privada (con corredores o escalera), creo que en él se guardarán las sábanas y las toallas. Creo que si lo que se guarda se pudre, deberá hacerse en una heladera que estaría en el servicio, y creo muchas cosas más pero, especialmente, que ningunas de éstas pueden ser evadidas y que todo ello hace a una casa.
Creo, en definitiva, que todo esto es lo necesario y cuando lo necesario se transforma en un hecho estético, podemos hablar de Arquitectura.

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